Revista 20

No te sientas mal, vuélvete millonario:

Hace poco participé de un evento en donde se reunió un buen número de emprendedores de la región. Personas de todo tipo con ideas de negocio de todo tipo aunque poca presencia de innovación ni de tecnología y emprendimientos más orientados a la subsistencia que a la generación de riqueza. Sin embargo una idea parecía transversal y es que el emprendimiento social parece ser orientado a que las personas piensen que dentro de la pobreza se puede vivir y que su homogenización es lo que se llama innovación social.

Fue tanto así que los ponentes estuvieron de acuerdo en que haciéndole el bien a la comunidad, al medio ambiente y ayudarles a los demás debiera ser el rumbo de todo emprendedor y se utilizó un lenguaje franciscano, de moda por demás, en el sentido de que pareciera estar mal quien piense en volverse millonario.

Estoy de acuerdo en que sí es necesario ser un factor de mejoramiento del entorno, si la comunidad está mal nosotros también lo estaremos, sin embargo, no puedo estar conforme con la idea de que un emprendedor empresario no pretenda ser millonario.

Mucho de lo que pude notar de este encuentro es que la mayoría de las ideas de negocios que pude identificar, primero son poco viables financieramente y segundo en el caso de meterse en ellas, apenas darían para mercar, un desperdicio de esfuerzo proveniente de malas concepciones empresariales, personas convencidas de que con collares hechos con material reciclable, van a mejorar su calidad de vida. Esta es la fórmula de la desilusión. ¿Para qué hacer un esfuerzo tan grande de lo que significa ser empresario, solamente para tener con qué mercar?

Todavía estoy en el análisis de lo que sucedió. De todas maneras allí tengo una discrepancia en el discurso que le doy a los emprendedores que ayudo a formar. Lo primero que les digo es que ser empresario requiere pagar un precio de vida, luego les hablo de rigurosidad científica empresarial y finalizo con la idea de que su trabajo es generar riqueza en todos los sentidos de la palabra: económica, social, ambiental y de conocimiento. Evadir en todos los casos las ideas de la conformidad, del Dios proveerá y del así nos tocó vivir. Con buenas estrategias sí podemos volvernos millonarios no tenemos por qué pensar lo contrario ni sentirnos mal por eso.

Si usted quiere ayudar, vuélvase rico, así lo han demostrado y hecho los grandes filántropos del mundo, actores y deportistas, lo demás es compartir la miseria y no, no se confunda, no estoy diciendo que no se deba ayudar en el camino, pero no se desenfoque en sus metas pues eso es lo que hace ese tipo de discurso: ayude todo lo que pueda, pero no pierda su esencia: no olvide su responsabilidad social y ambiental pero su enfoque es que usted debe volverse millonario siendo empresario.

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