Revista 21

Latinoamérica Electrónica:

Acabé de tener un sueño. Soñé que cada habitante de América Latina sembraba cinco árboles nativos y cinco árboles frutales; que la ganadería y la agricultura eran técnicas e intensivas, y que todos los ciudadanos estaban enamorados de la electrónica como un conocimiento y una competencia que se aprendía desde el jardín de niños.

Claro es sólo un sueño que me muestra lo que mi corazón y mi imaginación tienen por dentro; bueno, eso interpreto yo. ¿Qué pasaría si sucediera? No sólo la recuperación del medio ambiente, sino la superación de la mayoría de los problemas que hoy tenemos, pues es realmente es muy poco lo que no se pueda mejorar con tecnología.

Estaba en esas cuando recordé que los jóvenes de hoy en día no saben leer, tienen muy poco de razonamiento abstracto y de razonamiento lógico y mucho menos de competencias matemáticas. ¿Cómo vamos a hacer para que América Latina se vuelva ecológica y tecnológica a la vez?

No son los gobiernos los que lo van a hacer. No tienen ese tipo de visión, sin mencionar los niveles de corrupción, o sino, cómo se entiende que un territorio como el Caribe que provee miles de millones de dólares en recursos naturales, sean también uno de los territorios más empobrecidos, sin calidad de vida.

Es el sistema económico y somos los empresarios quienes somos capaces, si nos juntamos, de cambiar la realidad. Los empresarios creamos un círculo a cuyo alrededor flota la estructura mental y nuestro folklorismo latino. Somos capaces de modificar la realidad modificándonos a nosotros mismos.

Si usted como empresario entiende que introyectando tecnología más ecología en su empresa y convierte esto en un modelo de vida corporativo, ese modelo de vida se filtrará hasta la comunidad en general. Habrá un cambio. El tema es que debemos hacerlo entre todos. Si nos sincronizamos con este objetivo, nos tomaría entre dos y cinco años eliminar veinte años de atraso en competitividad que tenemos en nuestra región.

Estaba en este pensamiento cuando me acordé de un chiste sobre colombianos que me contaron en un simposio en México: “Si pones a un colombiano frente a un japonés a competir, el colombiano lo barre; pero si pones a dos colombianos frente a dos japoneses, los japoneses los barren”. Es por nuestra incapacidad de juntarnos; por eso nuestras grandes estrellas son individuos y casi nunca un equipo. ¿Es usted un empresario capaz de juntarse para cambiar la mentalidad empresarial de Latinoamérica? Hable conmigo.

Deja una respuesta