Revista 32

La apuesta por la paz

Es escaso, en los países de América Latina, escuchar del pueblo que un presidente en ejercicio sea bueno. Es algo que no he visto en mis cincuenta años de vida. Como tampoco, como Colombiano, he vivido ni un solo momento de paz en nuestro territorio gracias a nuestra ya muy famosa guerrilla. Dicho esto, permítame decirle que esto a favor de la paz y que votaré por el sí por dos simples razones.

La primera porque he vivido en carne propia la violencia de este país. Me tocaron dos bombas; estuve durante la toma al municipio de San Francisco en Antioquia y vi de primera mano cómo quedó el corregimiento de Machuca. Resentí mucho cuando secuestraron a mi compañera de universidad Maryluz Avendaño, a quien quiero mucho. Padecí la zozobra de las “pescas milagrosas”. Secuestraron a mis vecinos, secuestraron a mis jefes. Más de una vez nos bajaron de la buseta en medio de la carretera. Alguna vez yendo hacia la costa nos tocó estar en medio de un enfrentamiento, y, lo más simple, fue que nos tocaron la puerta de la carpa alguna vez que estábamos acampando y eso que yo no me considero una víctima de la violencia. Cualquiera que haya vivido esto, lo mismo que hemos vivido todos los colombianos, no desaprovechará la más mínima oportunidad de paz.

La otra razón también es muy simple, se llama una apuesta tipo Pascal. Si voto por el no y el proceso no se concluye, simplemente volveremos al terror de siempre, a ese terror cotidiano que se volvió parte de nuestro ADN. Si voto por el no y la guerrilla sí tenía intenciones de desmovilizarse, habremos perdido una oportunidad histórica.

Si voto por el sí y el proceso no se concluye, de nuevo, no pasa nada, habremos perdido cinco años de negociación. Y si voto por el sí y el proceso se lleva a feliz término, habremos ganado la paz. Así que la conclusión es obvia, votaré por el sí.

Les pido que por favor no me traten como estúpido, ya sabemos que habrá impunidad y la tendremos que aceptar si queremos que esto se logre. También sabemos que lograr la paz con la guerrilla no cambiará para nada nuestras condiciones sociales. Eso es una lucha diferente aunque lo pongan por escrito en el documento el cual es una colcha de retazos de buenas intenciones. No, no es eso lo que esperamos de este proceso. NO importa que no traiga consigo la solución a nuestros problemas, lo que queremos, lo único que queremos, es que no haya más guerra.

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