Decir esto puede sonar muy rudo, no por ello deja de ser una apreciación de la realidad. Una de las variables que definen al hombre es su necesidad de consumo. Incluso cuando respiramos estamos consumiendo aire, cada alimento, cada prenda que utilizamos para vestir es un modo de consumo; y la innegable realidad es que el sistema está dispuesto para que quien cuente con recursos tenga mayores opciones de consumo.
Podemos decir que se materializa uno de los postulados del neoliberalismo según el cual “cada ser humano justifica su derecho a la existencia de acuerdo a su capacidad de producción”.
De entrada queda muy claro que en esto no caben ideas de justicia ni de otros ideales con los que quisiéramos regir nuestras vidas.
El sistema en realidad es muy simple: “tienes con qué, vives bien, no tienes, padeces”.
Hablar de este tema en cualquier escenario latinoamericano en donde estamos acostumbrados al keynesianismo, es decir al subsidio del Estado, puede generar reacciones adversas.
Aun así, no podemos tapar el sol con la mano y debemos darnos cuenta de que este no es un tema de países y ni siquiera es un tema de política, es un tema de poder económico y de grandes corporaciones.
Implica entonces que debemos ponerle atención al tema del dinero. Surgen de inmediato algunas preguntas: ¿Cómo puedo conseguirlo? ¿Dónde está el dinero? ¿Tener dinero me cambiará?
Por supuesto, nadie ha dicho que vaya a ser una tarea fácil pero tampoco es imposible, el primer paso es simplemente comprender.
Reconocimiento de la realidad
Nuestras vidas están sometidas a cuatro variables interdependiente y cada una de ellas nos afecta en el sentido de que establecen reglas del juego restrictivas. En muchas ocasiones encontramos que quebrantar esas reglas del juego es cometer un delito y sin embargo, muchas de esas reglas se establecieron para beneficiar intereses particulares y de relaciones de poder.
Debemos ver estas reglas por lo que son, reglas de un juego que debemos aprender a jugar.
Económica | Ambiental |
Política | Social |
Y Tecnológica = PESTEL
Reconocimiento de nuestra propia situación
Lo interesante del dinero es que el dinero en sí mismo no tiene títulos académicos, no tiene edad y no tiene sexo, no tiene raza ni religión, lo único que tiene es inmerso el resultado de juntar capacidad más inteligencia es un escenario productivo.
Esto implica que sí debemos saber hacer las cosas, tener estrategia y saber en dónde las hacemos.
Aprender a jugar con las reglas del juego en esos cuatro escenarios: económico, político, social y ambiental, desarrollar nuestras capacidades y desarrollar nuestra inteligencia y meterse en un sector que realmente sea productivo.
Una regla es clara: “El dinero no da la felicidad pero sí da la facilidad”, es decir, conseguir dinero facilita el normal desarrollo de nuestras vidas mientras que no tenerlo nos llena de limitaciones.
Nadie está exento de problemas y restricciones, estas son reales y sin embargo, está en nuestra inteligencia saberlas sobre pasar.
Una problemática que regularmente se presenta es que las personas piensan que para iniciar un proceso individual debiera apoyarse en lo que sabe, lo que le gusta o lo que se sueña para su vida; sin embargo, la realidad es que no tenemos el conocimiento sobre demasiadas cosas, realmente no sabemos qué es aquello que me gusta porque puede ser mucho o no ser nada definido y mucho menos, tenemos una idea clara de qué es lo que queremos hacer con nuestras vidas. Siendo así, entonces ¿por dónde empezar?
Si usted no sabe qué es lo que quiere de la vida, si no tiene claros cuáles son sus sueños, si usted no ha definido qué es aquello que le gusta, no se preocupe, de todas maneras, gústele lo que le guste, suéñese lo que se sueñe, hay una realidad ineludible: ¡todo cuesta dinero!
Diseñe su propia realidad
Una vez hemos reconocido la realidad del entorno y hemos reconocido nuestra propia realidad, es hora de empezar a trabajar.
Van a ser necesarios dos elementos que ya están en usted, sólo debe decidirse a utilizarlos; estos son: su creatividad y su disciplina.
La realidad es como un una roca gigante que está frente a nosotros y luego es como un océano apabullante y lo que tenemos que hacer es romper esa roca con nuestra cabeza y con nuestro corazón y aprender a nadar en ese océano.
Va a ser difícil, pero no por eso nos dejaremos vencer y si fracasamos la primera vez, lo intentaremos una y otra vez hasta que veamos cambios y luego seguiremos luchando hasta que nuestra vida nos pertenezca.
Lo interesante de esto es que de todas maneras sufriremos las consecuencias de nuestras propias decisiones. Haga lo que haga, decida transformar su propia vida y decida dejarse llevar por su entorno, de igual manera pagará un precio, y sin lugar a dudas lo más satisfactorio es saber que por lo menos se luchó y se intentó y que no le quedó el dolor sin fondo del “y si lo hubiese hecho ¿mi vida sería diferente?”.
Esto en realidad no es tan fácil y se dará en cuenta de que a su alrededor habrá muchas personas que parecieran no tener nada con la vida.
Está en esta decisión de transformar su propia realidad, la primera respuesta de cómo conseguir el dinero.
Cuatro poderes
Cada persona tiene sus propias luchas y lo que aquí expreso es la manera como he hecho la mía y lo expreso como mis propios poderes: el poder de la oración, el poder de la estrategia, el poder de la acción
El poder de la oración
No se trata de volverse religioso, se trata de tener fe. Finalmente, hacerse cargo de su propia vida implica que debemos tener fe en nosotros mismos y tener fe en lo que hacemos, pero la fe hay que practicarla y la fe hay que entrenarla, pues siempre habrá momentos difíciles en donde nuestra única capacidad de acción será orar.
Una cosa especial que he encontrado en mi propia vida es que cuando se ora y se tiene fe el universo parece confabularse a nuestro favor y cosas que parecían lejanas e imposibles empieza a materializarse y a presentarse en forma de oportunidades. Obviamente, esto para mí es algo personal, usted decide si tomarlo o no.
El poder de la estrategia
Es aquí donde está el meollo del asunto. Es relativamente fácil tener una idea, también es relativamente fácil establecer objetivos pero lo realmente difícil y que marca la diferencia es encontrar el “cómo de las cosas”. De eso se trata la estrategia.
Se inicia por la imaginación. Así como un director de teatro desarrolla en su mente la obra antes de asignar los roles a los actores, así mismo el estratega ejecuta en su mente las ideas que quiere sacar adelante, así, previsualiza las rutas y variaciones posibles, las posibles problemáticas, restricciones y sus posibles soluciones y previsualizamos los resultados y sólo cuando lo tenemos en nuestras cabezas es que empezamos a materializar. No se desespere si las respuestas no se dan rápidamente y tampoco desespere si debe cambiar cosas en el camino eso hace parte del juego.
El poder de la acción
Uno de los principios que más me gusta es una frase: “no alucine, ejecute”. Y me trae a la memoria la historia de las tres ranitas en una flor de loto y una de ellas decidió tirarse al agua ¿cuántas quedan sobre la flor de loto? La respuesta es las mismas tres, pues decidir no es hacerlo.
Cuando se empieza a ejecutar una acción se produce una reacción en cadena que empieza a posibilitar el camino, pero es necesario arrancar: ¡Empiece que las cosas se van dando! Haga las cosas y posibilite que las cosas sucedan.
Ya sé que todavía es una posición un poco etérea de cómo conseguir el dinero, pero aspiro que si usted aplica estas ideas empiece de inmediato un proceso de transformación personal que le prepare para aprovechar las oportunidades que se empiecen a gestar.
El poder de la negociación
¡Patos al agua! Hágale frente al momento de verdad tanto en la gestión como en los procesos comerciales. ¡Inténtelo! Y verá como los resultados empiezan a darse.
Y ¿dónde está el dinero?
Las entidades financieras, el gobierno y las empresas tienen dinero, pero esencialmente el dinero flota, pasa de mano en mano, pues el mundo es una permanente transacción y le llamamos comercio.
Son muy pocas las instituciones que puedan salirse del mundo del comercio y eso en sí mismo es una oportunidad. Es necesario tener una oferta disruptiva, sí, sin enredarse en los temas de diferenciación ni de valor agregado. Son importantes siempre en cuando los entendamos, si no, eso no debe desestimularnos para ejecutar nuestras ideas.
Para finalizar, un emprendedor no trabaja… nosotros creamos vida y hacemos negocios. No nos levantamos a trabajar, nos levantamos a desarrollar; es un simple cambio de lenguaje y eso nos cambiará.
¿Tener dinero me cambiará?
Sí, tener dinero, nos cambia pero hacia dónde es una decisión es cada uno toma. Aun así, tener dinero da la oportunidad de ser y sentirse mejor persona pues podemos compartir.
Debemos desechar la idea de que la “ambición rompe el saco”, en la práctica la ambición es un motor que nos mueve y nos lleva a conseguir cosas.
Ser ambicioso nos hace diferentes y concretar esa ambición nos vuelve exitoso, eso es diferente de otro concepto que es la “avaricia”, es esta la que de verdad “rompe el saco”.
Piense en ese “saco”, si usted en la medida que le echa, comparte, ¿cuándo se va a romper? No lo hará. Pero si con la “avaricia” usted quiere poseerlo todo y no comparte, definitivamente sí se romperá. Entonces sí, el dinero te cambia, te amplía posibilidades, te da facultades, te obliga a tomar decisiones importantes que afectarán a otras personas, está en cada uno saber si le apostaremos hacia el bien o hacia el mal.
Wilson Garzón Morales