Hablando con un adolescente:
En uno de esos procesos que hacemos regularmente con la orientación de la vocación profesional de los jóvenes en edad escolar, un muchacho con la chispa que se espera que tengan a los trece años, empezó a interpelarme sobre algunos temas que él deseaba aprender… supuestamente…
Empezó preguntándome por el contrabando: ¿por qué se da? Pude ver la malicia en sus ojos. Personas inescrupulosas, criminales, que traen productos de otros países para venderlos a un menor precio en el nuestro, con estructuras de costos con los cuales nuestros empresarios no pueden competir. – le dije –.
Cuando sonrió sentí que había cometido un error: ¿Cómo puede ser más barata la logística de transporte desde otro país hasta el nuestro, que producir aquí mismo? Hay otros factores – le interpelé – ellos no pagan impuestos. ¿No? – exclamo y luego agregó: aquí no pagan impuestos, pero en sus países las empresas que producen sí lo hacen. Bueno, contesté, pero además sus gobiernos los subsidian. ¿Cómo así? Abrió los ojos ¿Los gobiernos de esos países saben que sus empresarios producen para el contrabando? O es que esos gobiernos tienen políticas de promoción empresarial y de fomento a los factores de producción que reducen los costos de los empresarios; me dices “subsidios” como si eso fuese un pecado.
Y luego está el tema de los costos – prosiguió – ¿Será que los empresarios de esos otros países son mejores que los nuestros? Sus cultivos también usan químicos y fertilizantes, también pagan salarios, también pagan impuestos, se dan el lujo de que unos contrabandistas agreguen el costo de la logística y aun así, los productos de venden a un menor precio que los que hay en nuestro mercado. Un tema aparte es el de las falsificaciones, pero me he encontrado que la mayoría de esos productos de contrabando son reales, originales, entonces vuelvo a mi pregunta inicial: el contrabando ¿por qué se da?
Ya sabía yo que discutir de un tema de estos con un adolescente iba a ser un problema, pues son temas difíciles de sustentar desde la lógica, sobre todo desde la lógica simple de un comprador de productos de contrabando, una persona que suda por el dinero y que tratará de conseguir las cosas al menor precio, no importa de dónde vengan.
Todavía estoy pensando cómo darle una respuesta simple a este tema tan complejo y ponerlo en el lenguaje de un adolescente de trece años, que además parece que le ha trabajado al asunto. Si usted que está leyendo puede ayudarme con una explicación mejor se lo agradeceré infinitamente.