Revista 70

Un voto de confianza para el DANE…

El gobierno, los ministros, las cortes, los congresistas y los políticos en general, parecieran creer que la ciudadanía no los observamos. Lo hacemos. Cada vez que se pierde dinero, tienen peleas, compran votos o generan desinformación, nosotros, el pueblo, lo tenemos en cuenta, aunque en las votaciones nos tomen por “idiotas útiles” para mantener el poder, y por nuestra pobreza, el populismo, la demagogia y el engaño… ¡caemos!

Un caso representativo era el DANE, Departamento Nacional de Estadística, que año a año nos veía la cara con sus informes, en especial aquellos relacionados con la calidad de vida. Cuando veíamos la información en las noticias, era imposible no comparar con la realidad y expresar nuestra frase consuetudinaria ¿En dónde merca el DANE para nosotros ir? Con esto nos referíamos a que las evidencias físicas sobre la calidad de vida de la población contradecían superlativamente los datos. Y no nos sorprendía para nada que esa información respaldará la supuesta gestión del gobierno y de diversas instituciones, pero los ciudadanos no somos ciegos.

Un cambio importante se ha dado en los últimos años. La información que ha entregado el DANE, se está pareciendo más y más a nuestra realidad. Aunque es imposible dejar pasar el precio por el cual un exministro compra huevos, en una muestra de la irrealidad en la que viven los funcionarios en nuestro sistema centralista y que legislan y dirigen para la corrupción, por acción o por omisión, sentimos que el DANE ha empezado a decirnos la verdad y, pareciera ser, que no está acomodando la información.

Esto, sumado a la presentación ante la Cámara de Representantes del Proyecto de Ley 222 de 2021 “Por la cual se expiden disposiciones sobre las estadísticas oficiales en el país” y que busca adecuarse a estándares internacionales y, en especial, busca la autonomía de la entidad ante el gobierno, nos hace tener la esperanza de tener una institución de evaluación y medida que nos muestre la realidad de la calidad de vida de la población y podamos tener confianza en que se convertirá en un faro que nos diga, de verdad, con cifras, si la gestión del Estado sirve o no sirve.

Esperamos que la Ley se consolide e incluso, la institución piense en ir más allá. La Registraduría, la DIAN, el DANE, el sistema estatal de salud y el sistema estatal financiero, debieran tener una sola unidad de información integrada, basada en tecnologías y que le haga seguimiento a cada ciudadano, utilizando además la cédula electrónica. Ya supimos de una inteligencia artificial semejante y la hicieron en seis meses. Señor Juan Daniel Oviedo, tiene nuestro voto de confianza y esperamos que alcance a fortalecer el cambio antes de que termine su periodo.

Wilson Garzón Morales

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