Estaba convencido de que lo importante para tener éxito en un emprendimiento era tener un excelente producto. Con esa idea, estaba concentrado en generar nuevas ideas para desarrollarlo, hacerle las variaciones necesarias, extensiones de línea y cuanta cosa se me ocurriera.
Era así, hasta que leí un párrafo en un libro de Kiyosaky que me volvió la mirada al revés: “Cualquiera de ustedes puede preparar una hamburguesa mejor que la de McDonalds, pero no cualquiera puede venderla como McDonalds”. Kiyosaky estaba haciendo énfasis en lo importante que es aprender a vender y es cierto, lo que usted sepa hacer será irrelevante si no lo sabe vender.
De una manera subjetiva empecé a evaluarme pues mis resultados económicos no estaban siendo los mejores. Desarrollé este gráfico de autoevaluación. Establecí tres factores principales: De acuerdo a Kiyosaky, se debe medir su capacidad de convertir ideas en dinero, esto significa, fortalecer su capacidad de ventas, y tener una buena oferta de valor. Significa que tampoco podemos descuidar el producto, pero no está por encima de los otros factores.
Están en igualdad de condiciones y la tercera la incluí porque usted puede tener un muy buen producto, tener un buen diseño de su estrategia comercial, pero si no tiene una buena capacidad para materializar las cosas, tampoco tendrá nada.
Analicé cada área funcional de la empresa por separado, desde la administración hasta la Innovación, Investigación y Desarrollo y mi evaluación fue deprimente, sobre todo teniendo en cuenta que la mía es una muy pequeña empresa, pero como usted ya sabe, así una empresa sea de una sola persona, de todas maneras tiene las mismas áreas funcionales de una gran empresa. Haga lo mismo, simplemente califique de uno a diez y el promedio le dará la realidad de su empresa en cada uno de los tres factores. En mi caso, mi propuesta de valor es de 4.5, mi estrategia comercial es de 1 y mi capacidad de ejecución es de 2,6. Me estaba engañando: pensé que como tenía una producción creativa mi empresa era excelente y no era así. Y sí, aunque yo peleé con los conceptos, cada área funcional de la empresa debe tener los tres factores.
Wilson Garzón Morales