Los siete colores de la innovación

La esencia de mi trabajo es pensar en el futuro, pensar en los clientes y en el desarrollo de productos y servicios que tengan posibilidades de tener éxito en ese futuro.

La labor del Business Thinker es poder prever lo que un gerente debe tener en cuenta para tomar decisiones estratégicas y garantizar así la existencia y el crecimiento de su compañía. No obstante es tanta la información que a veces se pierde la perspectiva. En una de esas reuniones estratégicas con una junta directiva, una persona me preguntó sobre cómo hago para pensar en innovación.

No es ningún secreto, le dije, los tipos de innovación están bien documentados. Teniendo en cuenta que el concepto de innovación literalmente significa “estar en algo nuevo” podría confundirse con “creación”, no obstante, la idea que regularmente se maneja es la de mejoramiento de cosas que ya existen. En lo personal me es indiferente si se trata de algo totalmente nuevo o si se trata de una mejora. Leí de un autor de la Universidad de la Sabana, que existen esas dos tendencias, una llamada “más y mejor” y la otra llamada “nuevo y diferente”.

Otra manera de decir lo mismo es hablar de Innovación incremental y de innovación disruptiva. La incremental es la cultura de mejora permanente de la que tanto se ha hablado, como un resultado natural de un “Kaizen”, cuando se trabaja en “mejora continua” tarde o temprano se llegará a la innovación. La innovación disruptiva es el resultado de un proceso de investigación y desarrollo que encuentra vacíos en el mercado y nuevas y diferentes manera de hacer las cosas.

Después de tener claras estas dos orientaciones luego vienen las aplicaciones. En todos los escenarios de la vida del hombre, en especial el empresarial, se puede innovar. Es por eso que desde lo estructural se puede innovar en cada fase del proceso organizativo, productivo y comercial. Se puede innovar en los diferentes tipos de gestión humana, de logística y de mercadeo. Se puede innovar desde el modelo de negocio, el modelo de servicio y el modelo de comunicación. Se innova desde los productos, los canales de distribución y, en especial, se innova en la experiencia del cliente.

Entonces vino una pregunta interesante. ¿Cómo hago para pensar hacia dónde va la innovación? Les recordé que hace algunos años, en los procesos de buenas prácticas de manufacturas, existía algo llamado “Gestión por etiquetas”, muy útil y práctico que ha sido reemplazado por la tecnología. Esta metodología permitía una clasificación por colores muy rápida que a su vez se convertía en una forma de nemotecnia para la identificación y cada color, por sí mismo emitía una cantidad importante de información.

Pensar de esta manera me permite primero dividir escenarios económicos y dentro de ellos los tipos de innovación y, segundo, analizar las múltiples relaciones que de otra manera podrían pasar desapercibidos para ojos no expertos y mi tarea es facilitar que los gerentes visualicen el entorno presente y construyan futuro.

Debo advertir que los colores no me los inventé. En alguna parte los leí, cada uno por separado. Algunos más conocidos que otros. Lo que es de mi producción es el esquema, la articulación y la comprensión de las relaciones en lo que llamo el pensamiento 3D que es mi modo de pensar y lo uso para todo, en casi todos los momentos de mi vida.

El pensamiento 3D

Se trata de tener un procedimiento de análisis de todo lo que tengo al frente. Se vuelve en una manera “automática” de ver las cosas. Pensar a lo profundo es ver la esencia de las cosas. Es ir hasta los mínimos detalles que se puedan percibir y que pudiese afectar aquello que estamos analizando. Pensar a lo ancho es “entender” cómo se hacen y cómo suceden las cosas. Y pensar a lo largo, es prever todo aquello que pudiese suceder en diferentes etapas de tiempo, teniendo en cuenta las múltiples relaciones. En este sentido, no es un riguroso análisis prospectivo pues no tiene la profundidad ni la complejidad de este, pero permite hacerse a una idea de hacia dónde van las cosas, dentro de la matriz PESTEL. Político, Económico, Social, Tecnológico, Ecológico y Legal. Y en este caso específico de la innovación, la mirada fue proyectiva desde las tendencias, los hechos provocadores de cambio, las rupturas y las disrupciones.

A partir de allí categoricé una división de siete escenarios de la innovación, con la aclaración que dos sectores importantes no aparecen por su transversalidad. Estos son: el sector académico y el sector gubernamental, y con esto no estoy afirmando que en estos esté ausente la innovación, es más, estoy convencido que la educación se transformará de manera superlativa en los próximos cinco años y el Estado se verá obligado a transformarse para responder a los requerimientos sociales de las nuevas generaciones y de las nuevas maneras de vivir de los ciudadanos.

Uno de los sectores en los cuales espero una avalancha de innovaciones para los próximos cinco años es el financiero, al cual denomino Innovación Gris. Las maneras de manejar el dinero, las maneras de comprar, las maneras de vender, empezarán por tener múltiples opciones, no obstante, por tendencias de consumo, por cultura del comprador se decantará por uno o dos métodos integrados. Incluso la idea de “banco” y de sistema financiero se redefinirá y la bancarización abarcará poblaciones que ahora están por fuera. Lo que no necesariamente significa algo bueno. Habrá que pensarlo.

En lo que estoy muy esperanzado es en la Innovación Verde. Es casi una blasfemia juntar la palabra innovación con el concepto ambiental. ¿cómo se innova lo ambiental? En realidad es una de las líneas que más se fortalecerá cuando las nuevas generaciones y las nuevas maneras de pensar las empresas se impongan. Ya viene con alguna fuerza la cultura de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Esto se impondrá cada vez más, sobre todo por presión de los consumidores. Y los emprendimientos en el futuro, en especial aquellos que llamamos “Emprendimientos Verdes” o “Negocios Verdes”, ganarán más espacio y no se pensará en empresa sin tener en cuenta el impacto ambiental. En este sentido, en los próximos cinco años la manera de consumir alcanzará niveles muy interesantes de consciencia ambiental.

La Innovación Azul será una locura. El IOT o internet de las cosas literalmente nos explotará en la cara. La vida cotidiana, dentro de nuestros espacios de vida se transformará. Nuestra habitación, nuestras casas, nuestros lugares de trabajo serán otra cosa. Sumado a esto, nos iremos adaptando poco a poco a la idea de que el “Gran Hermano” sea ahora más evidente y esté presente en el día a día, desde reconocimiento facial en los puntos de venta, seguimiento a la salud y también seguimiento a nuestro comportamiento “normal”.

La Innovación Amarilla es una que me encanta, pues desde mi perspectiva, las ciudades son entidades vivas y tienen comportamientos como si la ciudad en sí misma fuese una persona. Cuando la pienso así, muchos de los comportamientos empiezan a tener sentido, sobre todo, como ya otros autores han dicho, en un mismo territorio pueden coexistir varias ciudades a la vez. Insisto en el coexistir mas no en el convivir de estos varios tipos de ciudades. Este es un proceso que se dará poco a poco. Lo interesante aquí es que las ciudades evolucionan a la misma velocidad de la generación que vaya en medio. En este caso, hablamos de generación X, generación Y o Millennials y generación Z o Centennials. Nuestras ciudades vienen de ser X y se volverán ciudades Millennials, con todo lo que eso significa. Serán ciudades más tecnológicas pero también más ambientales. Implica que también se transformarán las formas de vivir la ciudad y las relaciones sociotécnicas y socio económicas entre las diferentes comunidades y entre los diversos sujetos de esas comunidades. Habrá muchos menos niños de los que esperamos y más personas mayores, aunque en sólo cinco años esto no se notará tanto. Lo que sí se notará será el cambio en las formas de movilidad y los cambios en las estructuras físicas tanto de lo público como de lo privado. Los edificios y los centros comerciales se vivirán de formas particulares y los nuevos modos de entretenimiento serán más visibles. La infraestructura urbana o equipamiento urbano será el reflejo de esa mezcla entre lo ambiental y lo tecnológico.

Innovación Naranja. No es necesario profundizar en el tema de las industrias creativas tan promovidas por el Banco Interamericano de Desarrollo. Estoy convencido de que la fuerza de este discurso lineal dará frutos y los emprendimientos creativos se producirán por miles. Y aunque no todos triunfen, el hecho de que el número de iniciativas se multipliquen, hará que la probabilidad de que en un futuro muy cercano el número de empresas creativas y culturales, estables y productivas, sea mucho mayor. Esto le dará un giro a los modelos de negocio que hoy prevalecen y las ofertas cambiarán, los productos y servicios y las experiencias de cliente serán emocionantemente diferentes a lo que es hoy.

La cuarta revolución industrial y la transformación digital traerá sus consecuencias en la manera de producir. Allí entrará la Innovación Roja. La logística lleva la delantera y se le está empezando a sumar la tendencia de downsizing, ya no solo en procesos, metodologías y personal, ahora se aplicará a infraestructura industrial. Las minimáquinas de alta eficiencia están entrando en los mercados y esto cambiará el concepto de productividad y de escala en la producción industrial, lo que le dará dos características fantásticas a las plantas de producción que antes eran impensables: agilidad y adaptabilidad. Sumado todo esto a los criterios de producción limpia, al pago por servicios ambientales y la reducción de la huella de carbono. Las mejoras en las fuentes de energías alternativas. La integración de procedimientos de machine learning, blockchain, inteligencia artificial y big data hará que tener empresas de manufactura sea otra cosa. Y lo siento mucho por las industrias que no se monten en esta ola.

Y finalmente, lo más importante. Cada vez más la Innovación Blanca, la social se hará realidad. Si bien muchos ejercicios serán fallidos en cuanto a su resultado final, el proceso, en su conjunto, transformará a las comunidades. Adiciónele a esto que la generación Z estará empezando a intervenir y ellos vienen con una manera de ser y de vivir el mundo diferente de las tres generaciones anteriores. Será la innovación social el discurso imperante desde el Estado y la academia, lo que alineará una fuerza imparable, junto a la materialización del discurso de inclusión social que cada vez se consolida más en el sector privado. Quienes estaban frente a mí, me miraban sin creer, lo cual es natural. Aunque no estoy haciendo ningún descubrimiento ni aporte especial, no hace falta ser un genio para darse cuenta de que todo va a cambiar más rápido de lo que alcanzamos a percibir. Todo esto es imparable y lo único que hago con estos colores es brindar una manera de visualizar lo que se viene. Ya sé que en la mayoría de las ocasiones la noche se hace más oscura antes de amanecer y en la noche no se ve la luz al final del túnel. Todavía así, me declaro optimista porque a mis ojos todo esto ya se está materializando y eso me da la certeza de que tendremos un futuro mejor.

Wilson Garzón Morales

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