Revista 14

Aprenda a ser un empresario “no me importa”:

Inmiscuido sin querer en una discusión entre mis compañeras de trabajo sobre la discriminación laboral de las mujeres, expresé que aun siendo muy feminista como soy, en realidad prefiero ser un empresario “no me importa”. Nunca me habían mirado tan horrible como en aquel momento, por lo que me tuve que explicar.

Dentro de lo negativa que puede resultar una expresión como esta: “no me importa”, también tiene un lado positivo. La mayoría de los problemas del mundo suceden porque le damos importancia a cosas que no la debieran tener.

Desde la manera como me miran los demás hasta el color de la piel. Es posible que temas como la religión sean importantes en espacios muy personales. La procedencia puede generar desde empatía hasta análisis de riesgos y también es posible que dependiendo de algunos escenarios, el género tenga una implicación en los resultados, lo mismo que la edad.

Sin embargo, notarán que en este tema soy reiterativo, nosotros somos gerentes y empresarios y debemos concentrarnos en nuestras metas que son la generación de riqueza y de valor, con los significados amplios de ambos conceptos.

En términos de la riqueza material, la cosa más clara que tengo y que por cierto se la aprendí a mi esposa, es que el dinero, nuestros resultados financieros, nuestro libro de pérdidas y ganancias, el crecimiento empresarial, no tienen género, no tienen color de piel, no tienen edad, ni siquiera una profesión definida, no tienen religión ni una tendencia sexual y mientras no se altere nuestra manera de conseguir nuestros objetivos, estos factores deben hacer parte de un catálogo de los “no me importa”.

En cambio nuestros resultados empresariales sí tienen dos elementos que son absolutamente imprescindibles y que deben hacer parte de nuestro catálogo de los “sí me importa”, en donde además deben estar el medio ambiente y la ética. Estos elementos son la inteligencia y el talento de las personas.

Es decir, ser un empresario “no me importa” significa que para nosotros no tiene importancia si eres hombre o mujer, si eres blanco, negro o amarillo, si eres joven o viejo, si eres discapacitado o no, si eres de cualquier religión o si provienes de determinado sitio. Lo que a nosotros nos importa es que seas, con evidencias, la persona que mejores resultados nos brinde en el cargo que se te asigne y que en definitiva haga de nuestra empresa, una empresa exitosa y que ganemos mucho dinero.

Así que sí, siendo todo lo feminista que soy, para mi es mil veces preferible ser un empresario “no me importa” insisto que desde lo positivo del concepto; y no por prejuicios, dejar pasar personas inteligentes y talentosas.

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