Robótica, una esperanza para Latinoamérica

América Latina tiene un retraso en competitividad cercano a los 20 años. De golpe me parece una declaración muy dura y válida si lo analizamos a partir de la infraestructura y más grave aún si lo vemos desde la perspectiva de contar con gente competente y por ende competitiva. Sin embargo se me ocurre que la respuesta está más cerca que lejos y puede ser, en su aplicación, tan disruptiva que esa cantidad de años se podría reducir a unos pocos.

El gobierno lleva algunos años hablándonos de la necesidad de innovar y de meterle tecnología al asunto empresarial. Una problemática es que nos ha parecido muy costoso y complejo, no creemos que sea para nosotros o simplemente no queremos escuchar. Además, la mayoría estamos dedicados al comercio, no producimos, no somos industriales, entonces para qué necesitamos hablar de tecnología.

Con una respuesta así, el gobierno no tuvo otra opción que suavizar el lenguaje diciendo que la innovación no es sólo tecnológica que hay muchas otras maneras de hacerlo, pero de todas maneras no quisimos escuchar.

Ahora quiero decirles otra cosa. No importa que mi negocio sea un minimercado, superete, o un consultorio psicológico o lo que sea, si le metemos herramientas tecnológicas que nos hagan más rápidos y precisos, aunque al principio nos signifique un sacrificio, siempre tendremos éxito. Y si esto se vuelve en la manera de pensar de un continente, América Latina se convertirá más temprano que tarde en una superpotencia. Por supuesto, con esto estoy haciendo la declaración de mi utopía personal. Hablemos de robótica porque es más tangible y visualmente comprobable.

Una de mis grandes frustraciones es que yo soy solamente comerciante. Tengo el ojo desarrollado para la creatividad comercial.

Esto implica que muy fácilmente me doy cuenta de vacíos en el mercado en cuanto al desarrollo de dispositivos tecnológicos, pero como no soy ingeniero y tampoco cuento con el suficiente recurso, estas ideas se me quedan ahí hasta que otro simplemente lo saca, por ejemplo, el datafono móvil estaba en mi cabeza desde el siglo pasado y hoy en día mensajero que se respete maneja uno. ¿Frustrante no? y eso que tengo una cuñada que es ingeniera electrónica pero como buena ingeniera es muy cerrada de la entenderá y muy descreída de lo que no puede ver.

Claro, esto en mí está cambiando y estoy seguro de que si muchos empresarios siguieran mi camino su presente y futuro inmediato también cambiaría.

Llevo algún tiempo con cercanía a la robótica y como no encuentro quién me siga mis ideas, yo mismo estoy empezando a culturizarme sobre el tema y el proyecto en el plazo inmediato es realizar un estudio formal. He encontrado que la robótica con sus diversas aplicaciones, cierra la brecha que tenemos de falta de competitividad.

Iniciaré por algo que llamo en público “robótica tropical” aunque en realidad me gusta pensarla como “robótica comercial” y esto es que con resoluciones simples y desarrolladas por nosotros mismos, empezaremos a tener impacto en la cotidianidad de nuestro entorno.

Por eso, incursionamos de una en algunos terrenos, por ejemplo: ya sé que en Asia existe el dispositivo, pero haremos el nuestro: un limpiapisos automático, una plataforma cuadrada de 30 x 30 centímetros, con 8 cms de grosor, que quita la mugre y “trapea” hasta las esquinas de una habitación. Usted simplemente desde su celular “suelta” la “trapeadora automática” y “ella” hace el trabajo, cuando termina ella misma va y busca su base, descarga la suciedad y se limpia; así que usted no tiene que hacer nada. Bueno, quizá en este momento sí deba sacar la basura, pero con los días también eso lo resolveremos. Cuando se produzca en masa, su valor deberá ser muy similar al de una aspiradora; créame, lo vale, sino pregúntele a quien hace el aseo en su casa si la compraría.

También estamos trabajando en un “barreminas” a control remoto, hecho, la mitad, con material reciclable y lo que busca es que se pueda realizar un pre recorrido por los campos minados para hacer explotar las minas más evidentes, antes de que entre el personal especializado a desactivar las que queden. Con esto se reducirá el tiempo y el costo del proceso de desminado a menos de la mita y se salvarán muchas vidas. Sólo que me falta algo de financiación.

De igual manera, estamos trabajando en una máquina compacta de producción de confitería a pequeña escala. Estas máquinas ya existen pero son muy costosas y especializadas en cada fase del proceso productivo. Nosotros estamos estudiando esas fases del proceso y tratando de llevarlas a una sola máquina y más pequeña y posiblemente más rápida.

Afortunadamente, está llegando una generación de jóvenes apasionados por el tema, aunque esto no se trata de la edad, yo tengo cincuenta años y siento que la robótica me arde en las venas. Con estos jóvenes tenemos una oportunidad como región y como país para alcanzar el ritmo de competitividad.

Desde hace muchos años vengo escuchando el tema de la automatización de procesos de producción industrial y siempre me pregunté por qué era un tema acaparado por los ingenieros y dedicado sólo a la industrial. Ahora me encuentro con que casi cualquier cosa, sobre todo en las áreas comerciales y de servicios se pueden tecnificar, volverlas, automáticas, sólidas y rentables al disminuir tiempos y errores.

Se le puede meter tecnología y robótica a casi cualquier cosa. Por ejemplo, que usted como cliente llegue a un almacén y que desde la entrada “el sistema” sepa cuáles son sus gustos y cuál es su talla y que simplemente, de inmediato, le llegue a sus pies un carrito con las “mejores” opciones para escoger; o que entre a un restaurante y que “el sistema” sepa cuál es su estado de salud y gustos y también le oferte las mejores opciones que cumpla con ambas cosas.

Y qué opinan de la pregunta que hice sobre si con los elementos adecuados, las impresoras de 3D podrían producir algunos tipos de alimentos, se imagina esto cómo cambiaría al mundo. ¿No sabe qué es una impresora 3D? averígüelo para que sepa lo que se viene en el futuro cercano, sobre todo en el ámbito empresarial. ¡Qué locura! ¿No?

No, definitivamente no. La robótica o la tecnología no reemplazarán al ser humano. Sí le harán la vida más fácil y cuando esta tecnología sea generalizada, el costo de vida también será más económico. Pero sí, definitivamente sí. Este mundo será muy difícil para quienes no se adapten y rechacen el cambio, porque lo que sí le aseguro es que no nos van a detener. Si a los empresarios y comerciante nos pica ese “bicho” de la robótica, la transformación de América Latina tomaría unos cinco años y avanzaríamos unos cincuenta en competitividad. Claro, esto es una estimación mía pero usted ya sabe cómo soy yo con esto de la prospectiva.

Wilson Garzón Morales

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