Si tienes más de tres indicadores claves en tu empresa, algo no está bien.

Medir la gestión es clave para conocer si estamos teniendo éxito con una compañía. Sin embargo, por una parte encuentro que muchos no conocen la diferencia entre indicadores y KPI´s y tampoco los diferentes niveles de indicadores que se deben tener.

Unos son los tres indicadores clave, del nivel macro: el resultado económico, el resultado social y el resultado ambiental. Deben ser específicos y categóricos con su respectiva marcación en el tiempo. El siguiente nivel es el del cuadro de comando. Luego cada área de la empresa debe tener un único indicador clave: Al final de la cadena de las métricas están los KPis, que miden la calidad de los procesos. Todo esto conforma un ecosistema de medición y debe ser muy específico. No vaya a ser que por estar pidiendo cifras de más, se pierda el foco de la gestión. Todavía así, después de todo eso, son los tres primeros los que realmente nos interesan.

En la gestión empresarial contemporánea, la evaluación del desempeño organizacional es fundamental para el éxito sostenible de una empresa. Sin embargo, la abrumadora cantidad de datos disponibles puede dificultar la toma de decisiones eficaz. En este sentido, la selección de indicadores clave de desempeño (OKR, por sus siglas en inglés) se convierte en una tarea crucial para los gerentes. Proponemos que, basándose en consideraciones económicas, sociales y ambientales, los gerentes deberían limitar su enfoque a solo tres indicadores clave para una gestión más eficiente y sostenible.

La rentabilidad es un indicador clave en la evaluación del desempeño económico de una empresa. Representa la capacidad de la organización para generar ganancias en relación con los recursos invertidos. Al centrarse en la rentabilidad como un OKR primordial, los gerentes pueden identificar áreas de mejora en la eficiencia operativa y en la asignación de recursos, lo que conduce a una toma de decisiones más informada y orientada hacia el crecimiento económico sostenible.

La participación en el desarrollo social es un indicador crucial que refleja el impacto de una empresa. Al centrarse en el impacto social como un OKR clave, los gerentes pueden comprender mejor las necesidades y expectativas de su entorno, lo que conduce a una mejora de la reputación de la empresa. Además, puede tener efectos positivos en la lealtad del cliente y en la generación de recomendaciones, lo que contribuye a un crecimiento orgánico y sostenible.

La huella de carbono es un indicador esencial para evaluar el impacto ambiental de una empresa. Al centrarse en la reducción de la huella de carbono como un OKR clave, los gerentes pueden implementar prácticas empresariales más sostenibles y responsables con el medio ambiente. Esto incluye la adopción de tecnologías limpias, la optimización de procesos para minimizar el desperdicio de recursos y la promoción de la conciencia ambiental entre los empleados y los stakeholders.

Aunque estos tres indicadores clave representan aspectos diferentes del desempeño organizacional, están interconectados de manera intrínseca. Una empresa rentable tiene más recursos para invertir en el desarrollo social y en la reducción de su huella de carbono. A su vez, una mayor reputación con el cliente puede impulsar la rentabilidad a largo plazo, mientras que la adopción de prácticas sostenibles puede mejorar la percepción de la empresa ante sus clientes y la sociedad en general.

La adopción de sólo tres indicadores clave presenta varios beneficios para los gerentes y la organización en su conjunto. En primer lugar, simplifica el proceso de toma de decisiones al centrarse en aspectos críticos del desempeño empresarial. Esto reduce la complejidad y el riesgo de análisis paralizante. En segundo lugar, fomenta una mayor coherencia y alineación en toda la organización al establecer objetivos claros y medibles para todos los departamentos y empleados. Por último, promueve una cultura de mejora continua al proporcionar una base sólida para la evaluación y el ajuste de estrategias y procesos.

La simplificación de los indicadores clave de desempeño a solo tres aspectos fundamentales: rentabilidad, impacto social y huella de carbono, puede proporcionar a los gerentes una visión clara y equilibrada del rendimiento organizacional. Esta enfoque integrado aborda aspectos económicos, sociales y ambientales, lo que resulta en una gestión más eficiente, sostenible y socialmente responsable. Se recomienda a los gerentes adoptar esta estrategia simplificada para optimizar el desempeño y el impacto positivo de sus organizaciones en la sociedad y el medio ambiente.

Wilson Garzón Morales

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