En el sistema capitalista, en la cual todo gira en torno a la propiedad privada y al movimiento de capitales, la única manera de transformar los escenarios sociales es transformando los escenarios empresariales y esto obligatoriamente implica la cualificación de los cuerpos directivos.
Como es mi marco de referencia, debo referirme a Colombia para expresar lo que quiero decir.
Sabemos sobradamente que estamos atrasados en todos los ámbitos empresariales. Latinoamérica está muy poco desarrollada sencillamente porque sus gentes están poco desarrolladas y esto es gracias, entre otras razones, a lo pobre del sistema educativo.
Veámoslo más claro. El sistema educativo en general, en el mundo, está diseñado para producir mano de obra, y entre más barata mejor. No les interesa gente pensante.
En economías basadas en commmodities, se requiere que la gente sea poco ilustrada, sólo así, se le puede explotar. Es por eso, que uno de los más importantes generadores de empleo es el mercado de la construcción, pues simplemente requiere de obreros, le siguen las confecciones y luego los Contac Center. Verdaderos batallones de personas trabajando por un salario mínimo y sin posibilidades de crecimiento.
No obstante, sí, esto es necesario, se necesita quién trabaje. Dígase en Colombia donde mucho de la economía, está basada en los recogedores de café. Se necesita que los trabajadores sean baratos. Y es por eso que se insiste en que las economías locales deben estar orientadas según la vocación económica de la tierra y la verdad es que no es así, la estrategia es otra.
Ahora se nos ha dado por poner de moda la Cuarta Revolución Industrial. Suena excelente y como empresario, estoy enamorado del tema, pero no me puedo engañar. Los cerca de cuatro millones de empresas que hay en el país, de las cuales el 85 por ciento son micro, pequeñas y, si acaso, algunas medianas, están distribuidas así: el 53 por ciento están dedicadas al comercio, el 33 por ciento a los servicios, el 12 por ciento a la industria y el resto, no sabe, no responde. Por una sencilla razón.
Aunque sea en diferentes tamaños, nuestros países, cuando no están dedicados a la pobreza agrícola, están dedicados a la pobreza comercial, es decir, son países de “tenderos” y esos son nuestro grueso empresarial. Personas que no tuvieron otra opción que montar una “tiendita”, de cualquier cosa, llámense almacenes de ropa, tiendas de abarrotes o ferreterías. Aunque se tengan cien almacenes, se sigue siendo un tendero.
Y en cuanto a los servicios, más allá del turismo que es muy interesante en todos sus componentes, la gran mayoría son desempleados técnicos y profesionales que prestan servicios personales. Ese es el otro 33 por ciento. Y ese 86 por ciento, dado el muy regular resultado de los negocios, permanece en “estado mendicante”.
Como consultor me he encontrado dueños de empresas de todo tipo que no saben enviar un correo electrónico. Esos son nuestros empresarios y ahora queremos embarcarlos a todos en el tema de la Cuarta Revolución Industrial.
Esto es lo que me tiene muy contento, hay mucho por hacer. Para los consultores representa una gran oportunidad. Si bien la época del “cuento” se mantendrá por un rato más.
Todos los Programadores Neurolingüísticos y los Coach, tendrán trabajo para rato, si lo saben hacer bien. Todo se empezar a materializar, no nos podemos quedar en el mundo etéreo de las carretas de PNL, las transformaciones se deben empezar a ver. Y por el otro lado, estamos los consultores como yo, enamorados de la tecnología.
Somos un excelente complemento. En conjunto debemos insistir, todo cambiará si verdaderamente se cualifica a los empresarios.
Lo primero es lo humano. Si se requiere una licencia para conducir un vehículo, se debiera también exigir una licencia para dirigir una empresa y esta se debiera conseguir con una tabla de saberes mínimos, las cuales denomino las 20 Competitive skills. Qué es lo que debiera haber en la cabeza de un directivo, dueño o gerente de una empresa, del tamaño y sector que sea.
Si logramos que las personas quienes lideran las organizaciones fortalezcan estas habilidades, habremos dado un paso gigantesco en la transformación de toda la sociedad.
20 Competitive skills
1. Sensibilidad y orientación a la proactividad
2. Habilidad para el Aprendizaje Activo
3. Habilidad para el Pensamiento Holístico
4. Habilidad Matemática y Financiera
5. Habilidad para la Percepción Empresarial Sociológica y Antropológica
6. Habilidad de Razonamiento Deductivo
7. Habilidad para la Resolución Problémica
8. Habilidad Prospectiva y Perspectiva Global
9. Habilidad Prospectiva y Perspectiva Específica
10. Habilidad para el Pensamiento Estratégico
11. Habilidad para la Fluidez de Ideas, la Originalidad y la Creatividad
12. Habilidad Ejecutiva y Operacional
13. Habilidad de Comunicación Estratégica
14. Habilidad de Liderazgo Situacional y el Trabajo en Equipo
15. Habilidad para la Gestión Comercial
16. Habilidad para el análisis y evaluación de sistemas y procesos
17. Habilidad para la solución de problemas complejos
18. Habilidad para la Toma de decisiones
19. Habilidad para la Monitoreo Integral Empresarial
20. Habilidad para el desarrollo y el manejo tecnológico
Lo siguiente es poner el tema del emprendimiento en segundo plano y entrar en el tema del empresarismo. La formación en emprendimiento es importante para quien inicia, pero se queda muy corta a la hora de materializar las empresas. El dirigir una organización implica otra cantidad de saberes que ya son de carácter técnico empresarial. Las llamo las 10 Technical Skills Aunque pueden faltar, es lo mínimo que un gerente debe saber:
- Administración y Control
- Costos y procesos
- Logística y producción
- Contabilidad y finanzas
- Mercadeo y Ventas
- Servicio al Cliente
- Simuladores y software de Negocios
- Adecuación Tecnológica
- Innovación y Desarrollo
- Impuestos y Trámites
Y no es que con esto les quite espacio a los profesionales de esas áreas específicas, es que son requeridas para la principal tarea de un Gerente y le brindan criterios para la construcción del futuro.
No importa que sea el dueño de una tienda de barrio, si recibe esta formación, de una manera rápida, práctica y divertida, pero no superficial y verificando el desarrollo de la competencia mediante proyectos y desafíos, cuando esto suceda, tendremos el inicio de una verdadera transformación y ahora sí, hablemos de la Cuarta Revolución Industrial.
El cambio es inexorable, poco a poco nos abarcará a todos y nos medirá si estamos listos o no. El aprender a programar y desarrollar software, proveniente de la Revolución Digital, muy pronto se convertirá en competencias iguales a nadar, bailar o conducir y este tipo de cultura es la que llevará en un tiempo desaforadamente rápido a que todo cambie. Si lo nuestro no es la industria sino el comercio y los servicios, la revolución también aplica. No está por demás decir una obviedad, se trata de una utopía viable con intervención y financiación del Estado o alguna otra entidad. Me encantaría construir un programa de formación virtual, gratuita y obligatoria, pero requeriría una buena financiación. Yo trato de hacer mi parte con esta revista.
Wilson Garzón Morales