En el año 2015 viví un impasse que comprometió mi seguridad personal. Sin darme cuenta y sólo evidente por los nefastos resultados que tuve, empecé a comportarme de una manera agresiva. Estaba sufriendo lo que se conoce como un estrés post-traumático. A mí me parecía imposible que las personas a mí alrededor se estuviesen quejando de mi manera de actuar pues siempre he tratado de ser formal, amable y querido.
Ya hemos visto que en este mundo son más las razones para ser agresivo que para ser amable, no obstante, lo interesante es que las personas pocas veces son conscientes de su nivel de agresividad. Como en mi caso, tuve que vivir algunas consecuencias para darme cuenta de lo que estaba haciendo.
Desde esta circunstancia y a partir de un proceso de observación, me atreví a analizar cuáles son las razones por las cuales las personas son agresivas. La primera razón y la más obvia es la estructura cultural y la resultante de una inadecuada educación ciudadana.
Cuando las personas no tienen modelos de comportamiento claros, el instinto de supervivencia se impone a la civilidad, y la fuerza y el daño al otro se convierten en una herramienta para conseguir lo que queremos, así sea mal visto, supuestamente, por la sociedad.
Todavía así y repito, a partir de mi propia observación, pude contabilizar cinco obvias causas de Perogrullo que vale la pena tener en cuenta:
IMC: Desarrollo Cerebral o índice de masa cerebral.
La desnutrición o la malnutrición causa un severo trastorno en la capacidad de las personas para procesar y aprender, y aunque es una afirmación muy arbitraria y procaz, la evidencia posibilita creer que la falta de glucosa y proteína hace que las personas sean más propensas a la violencia. Se forman menos conexiones neurales; hay menos procesamiento; el cerebro reptílico toma el control y las personas se comportan de una manera que podríamos denominar “primaria”. La supervivencia manda y las consideraciones civilizadas y éticas sobran. Con hambre no hay respeto por el otro. No quisiera decirlo así, pero voy a anotarlo por compromiso con un contertulio quien después de este razonamiento consideró que: “podría afirmarse de algunos, que una persona agresiva es una muerta de hambre”. Claro, esto no es una regla general.
IE: Inteligencia Emocional
Digamos que fuimos bien alimentados, la mayoría de nosotros fuimos los hijos de la niñera, del televisor y del video juego, lo que de por sí no tiene ningún problema, pues, aunque los video juegos sean tan violentos, esto no necesariamente produce gente agresiva ni violenta. Lo que sí es plausible que suceda, es que, al ser los hijos de la niñera, del televisor y del video juego, en un esquema de padres ausentes, no hubo nadie que nos enseñara a manejar nuestras emociones y más, si tenemos en cuenta que mediante el televisor estamos expuestos a una infinidad de estímulos y que los video juegos son productores en extremis de adrenalina. Ya sabemos que las emociones son la parte visible de una reacción hormonal y estas reacciones son naturales en el desarrollo del ser humano, y se requiere de un proceso educacional que debería ser aportado por la familia, cualquiera que sea su estructuración. Cuando carecemos de ese aprendizaje, el descontrol de los impulsos hormonales y, por ende, de nuestras emociones, nos lleva a acometer actos violentos.
No está por demás enfatizar que la agresividad proveniente de una insuficiente educación de la inteligencia emocional, es una decisión que el sujeto toma, pues una persona puede tener una alteración mayor en sus emociones, pero eso no justifica una expresión agresiva. El sujeto decide cómo actúa, más allá de sus emociones.
IQ: Coeficiente Intelectual
El proceso educacional se fundamente y se justifica en la creencia de que los sujetos pueden cambiar. El aprendizaje de conceptos y teorías transforman a las personas y les ayuda a perfeccionar procesos interiores. Y aunque está muy claro que el conocimiento no te convierte en buena persona, incrementa las posibilidades de que las personas se comporten con mayor civilidad. Las personas que, mediante el conocimiento, entrenan y desarrollan su inteligencia, tienen menos posibilidades de llegar a ser agresivos.
Obviamente, el Coeficiente Intelectual, por sí sólo no basta, se requieren los otros componentes de los que hemos venido hablando y los que siguen, no obstante, la ausencia o bajo nivel de este Coeficiente Intelectual, posibilita que los sujetos actúen sin criterio ni razón y lleguen más fácilmente a la agresividad y a la violencia.
Recordemos que muchas de las actuaciones agresivas se suscitan cuando los sujetos no encuentran argumentos para manejar determinadas situaciones y no ven otra manera de comportarse diferente a agredir a otros.
IS: Inteligencia Social
Según lo anterior y según Goleman, La inteligencia social, o empatía, es la habilidad que tiene una persona para relacionarse con los demás de manera efectiva y pacífica. Para ello, se utiliza la inteligencia verbal y emocional, el saber escuchar, prestar atención y gestionar bien el contacto físico.
Todavía así, y a pesar de los esfuerzos que en este factor se realizan, ni la familia ni los entes académicos, con todas sus deficiencias y metodologías, no nos preparan para relacionarnos de manera correcta con las demás personas. Saberse acercar, saber argumentar y saber aceptar las diferencias, siempre con un profundo respeto hacia el otro, parecieran ser joyas de un tesoro desaparecido.
Nuestra sociedad premia a quien es capaz de lograr los objetivos, cualquiera que estos sean, pasando por encima de quien sea, mientras que el respeto por el otro es, en ocasiones, visto como una debilidad o estupidez. (Pregúntele a James Rodríguez del Bayern Múnich, todo lo que se dijo por botar la pelota para que atendieran a un jugador, en el partido que perdieron frente al Real Madrid en la Champions League de 2018)
Aunque no estoy para nada de acuerdo con un contertulio quien afirmó que el ser humano podría no ser más que una “bacteria sobre desarrollada y supra valorada”, no podemos negar que el comportamiento depredador, destructivo con los demás y autodestructivo como sociedad, genera incógnitas sobre aquello que llamamos “humano”.
La vida es hermosa y hay tantas razones para maravillarse que es una lástima que nos estemos destruyendo entre nosotros.
IE: Inteligencia Económica
Reyes y hombres millonarios han muerto y se han ido sin llevarse nada y así mismo han sido olvidados. Y no es que tenga nada en contra de ser rey o ser millonario, muy por el contrario, me encantaría contar con muchos recursos económicos para afectar muchas realidades, pues lo importante es lo que haces con lo que tienes. Para bien o para mal, el ser humano necesita recursos para sustentar la vida, pues ese sustento de la vida, además del consumo, tiene un costo literalmente en dinero. Es indudable que si vivimos en sociedad es porque en conjunto podríamos crear las condiciones para una vida digna, compartiendo lo básico: alimentación, vivienda, educación básica, salud y servicios públicos, tales como agua, energía, internet y transporte, y a partir de allí, después de socializar lo básico, debería iniciar el proceso capitalista. No sucede así. El mundo capitalista es salvaje y posibilita el derecho a la existencia de acuerdo a nuestra capacidad individual de producción y a nuestra sagacidad. Cosas como la ética y la moral no tienen cabida cuando se trata de ganar dinero. Estoy convencido de que podemos volvernos millonarios sin renunciar a nuestra ética. Bueno, a eso le estoy apostando.
Sume los anteriores elementos. Personas con dificultades de desarrollo cerebral, que no es lo mismo que mental. Con dificultades de inteligencia emocional y pocas posibilidades de desarrollar su coeficiente intelectual, lo lógico es que tenga dificultades para la inteligencia social y encima, está obligado a producir lo que sea para poder vivir. Y no es sólo desde lo básico. Añada el ideal de consumo en el que el comercio nos sumerge y tendremos a personas expuestas a un cóctel muy peligroso: sensación de carencia de recursos + carencia de afecto + facilismo + ausencia de valores + miedo + mediocridad + poca educación + deseo de placer. Mezcla que posibilita la creación de sujetos dispuestos a hacerlo todo por el dinero, sin respeto por las personas y sin respeto por la vida. Y personas que reaccionarán agresivamente a cualquier situación que no esté bajo su control.
Cada una de estas cinco deficiencias podría ser superada, si contásemos con una sociedad justa. Otra vez, no sucede así. Cuando veo a personas discutiendo porque alguna se saltó un lugar en la fila. Un taxista bajarse de su auto con una herramienta para enfrentarse a alguien que le pitó por estacionar en un lugar inadecuado, se vuelve evidente que estas personas tienen alguna o algunas de estas deficiencias. Y eso que no he querido referirme a lo que se ve en los noticieros. La violencia contra las mujeres y contra los niños, nos deja perplejos pensando sobre la sociedad en la que vivimos. Es una agresividad tan absurda y sin sentido que por eso es que he querido hacer este análisis, en un esfuerzo de entender qué es lo que nos está pasando como seres humanos. Ya sé que existen otra cantidad de factores pero quise enfocarme en estos por ser los que a todos se nos facilitaría entender. Y le invito. Cuando usted vea a una persona comportándose de manera agresiva, en cualquier situación como las he visto, por ejemplo, un sujeto gritándole a una taquillera por no poder satisfacer lo que él quería, así la pobre muchacha no pudiera hacer nada con las políticas incoherentes de una compañía, cuando usted advierta cosas así, piense en que está frente a una persona con una de estas deficiencias. Y también le invito a que se analice, cuál de ellas tiene usted. Yo todavía tengo varias.
Wilson Garzón Morales