Lo que hacemos los gerentes
Todos los días la gente necesita comer. Millones de personas consumen millones de kilos de comida, de nuevo, todos los días, y aun así, nuestro campo se muere de hambre y le echamos la culpa a las importaciones, a los tratados de libre comercio, al gobierno, a la falta de infraestructura y a la violencia. Es indudable que la violencia es un obstáculo importante para el desarrollo de cualquier economía y que el pago de extorsiones se vuelve parte de las estructuras de costos, pero lo demás es fruto de dos incapacidades lamentables. La primera, es la falta formación empresarial estratégica y la segunda, es la falta de formación gerencial. ¿Le suena a lo mismo? No, no lo es.
No es raro que en el sector rural suceda lo mismo que en las ciudades: primero se produce y después se sale a buscar a quién venderle, alguien quien en su misericordia desee comprar y por eso, tanto productores rurales como supuestos “empresarios”, se convierten en “mendigos comerciales”. Tampoco es de extrañar que cuando hay protestas en el sector rural, la queja sea la ausencia de oportunidades comerciales. Si tanto empresarios como productores rurales vendieran todo lo que producen y a buen precio, no habría quejas de ningún tipo y en ningún lado. Aquí está el meollo del asunto.
Las decisiones empresariales inician por considerar las estrategias corporativas y las ventajas comparativas que son provenientes del entorno; y las estrategias y las ventajas competitivas que son provenientes de la inteligencia y del talento, todo desde la perspectiva de la dinámica comercial y estas cosas no suceden en el sector rural. La visión es demasiado estrecha: el tema de la vocación productiva de las regiones es un error estratégico comercial de gran magnitud. Los consumidores existen, los mercados están creados, clientes y dinero hay. Lo que se debe cultivar no es sólo porque la tierra lo produce, sino de acuerdo al análisis de la proyección de la demanda mundial, que técnicamente pueda ser suplida con compromisos de futuros y con una trazabilidad inversa que permita diseñar desde la regulación y desde las dificultades, una estrategia de producción y de logística de largo aliento, rentable y generadora de calidad de vida para quienes intervienen en la cadena. Claro, decirlo es fácil, hacerlo es otro cuento.
Es aquí donde se nota la ausencia de formación de verdaderos gerentes, pues la tarea primordial de alguien que se dedica a la gerencia es encontrar respuestas financieras y comerciales, superar dificultades mediante la creatividad y la innovación, y crear el futuro, visionándolo y siendo riguroso con la ejecución de lo planeado sin enredarse con la administración. Los problemas no son nuevos, son de toda la vida. Los conocemos, nos los sabemos, sin embargo, llevamos todos los años con inundaciones y pobreza, y no tomamos medidas, siempre estamos esperando que sean otros, en especial el gobierno, quienes se hagan cargo de las soluciones.