El posicionamiento de marca es un enfoque estratégico que se fundamenta en la comprensión profunda de cómo el cerebro humano procesa y responde a los estímulos lingüísticos y sensoriales relacionados con una marca específica. Reconoce que las percepciones y asociaciones que las personas tienen con una marca están influenciadas en gran medida por los mensajes verbales y visuales que reciben, así como por las experiencias emocionales y cognitivas que acompañan a esas interacciones.
Se enfatiza la importancia del lenguaje utilizado en la comunicación de la marca. Las palabras elegidas para describir los productos o servicios de una empresa pueden activar diferentes regiones del cerebro y generar respuestas emocionales específicas en los consumidores. Por lo tanto, es crucial seleccionar un vocabulario que resuene con el público objetivo y que transmita los valores y la personalidad de la marca de manera efectiva.
Es importante la consistencia en la comunicación de la marca. Los estudios han demostrado que la repetición de mensajes clave y la coherencia en el tono y el estilo de la comunicación pueden fortalecer las asociaciones mentales entre la marca y ciertos atributos o emociones. Esto significa que una marca que utiliza un lenguaje coherente y consistente a lo largo del tiempo es más propensa a ser percibida de manera positiva y memorable por los consumidores.
Una de las claves para esto es la atención a los estímulos sensoriales no verbales. La forma en que se diseñan los logotipos, los colores, las tipografías y otros elementos visuales puede tener un impacto significativo en la percepción y la memorabilidad de la marca. Se sugiere que estos elementos deben seleccionarse cuidadosamente para activar las regiones cerebrales asociadas con las emociones y la identidad de la marca.
Es crucial el cuidado de la narrativa en la construcción del posicionamiento de marca. Las historias que una marca cuenta sobre sí misma y sobre sus productos o servicios pueden influir en la forma en que los consumidores perciben su identidad y su propósito. Las narrativas convincentes y emocionalmente resonantes pueden generar conexiones más profundas con el público y fomentar la lealtad a largo plazo hacia la marca.
Se debe también abordar la relevancia del contexto en el que se presenta la marca. La forma en que se posiciona una marca en relación con su competencia y en diferentes contextos culturales puede afectar la forma en que se percibe y se recuerda. Por lo tanto, es importante considerar cómo la marca se sitúa dentro de su entorno competitivo y cultural para maximizar su impacto y su relevancia para el público objetivo.
Debemos subrayar la importancia del engagement emocional en el posicionamiento de marca. Las marcas que logran despertar emociones positivas en los consumidores, como alegría, sorpresa o nostalgia, son más propensas a generar vínculos emocionales duraderos con su audiencia. Es fundamental diseñar estrategias de comunicación que apelen a las emociones y que creen experiencias significativas para los consumidores.
Y debemos potencializar la atención a la accesibilidad y la claridad en la comunicación de la marca. Los mensajes deben ser fáciles de entender y recordar para maximizar su impacto en el cerebro humano. Esto implica utilizar un lenguaje claro y directo, evitar la jerga innecesaria y simplificar la información compleja para hacerla más accesible al público objetivo.
En ese sentido es relevante la autenticidad en el posicionamiento de marca. Los consumidores están cada vez más interesados en conectar con marcas que sean genuinas y transparentes en sus valores y acciones. Es vital que las marcas comuniquen de manera auténtica y coherente, evitando la exageración o la falsedad en sus mensajes.
La comunicación debe ser flexible y adaptable a medida que evolucionan las preferencias y percepciones de los consumidores. Las marcas que están dispuestas a escuchar y responder a las necesidades y deseos cambiantes de su audiencia son más propensas a mantener su relevancia y su éxito a largo plazo. Y debemos monitorear constantemente la retroalimentación del mercado y ajustar la estrategia de posicionamiento en consecuencia. Una buena estrategia debe considerar el lenguaje, los estímulos sensoriales, la narrativa, el contexto, el engagement emocional, la accesibilidad, la autenticidad y la flexibilidad en la construcción de percepciones positivas y memorables en la mente de los consumidores.
Wilson Garzón Morales